Si hay una banda que tiene el dudoso privilegio de ser de las mejores y de las más desconocidas, a años luz de la fama conseguida por Nirvana o Pearl Jam, demasiado lejos incluso de Soundgarden , Alice In Chains y Mudhoney son, sin lugar a dudas, los grandes olvidados del grunge: los Screaming Trees.
Fue en Ellensburg, a unos 120 km de Seattle, donde se conocieron Mark Lanegan y los hermanos Van y Gary Lee Conner, ya que iban al mismo colegio mayor y compartían las mismas inquietudes músicales, mayormente punk, garage rock y música independiente.
Pasaron unos años y Lanegan contactó con Van Conner, que por ese tiempo ya había formado una banda junto con un cantante llamado Mark Pickerel. Habían echado a su hermano Gary Lee del grupo, así que Van invitó a Lanegan a que tocara la batería. Un tiempo después, Gary Lee volvió a la banda y fue cuando se produjo un cambio importantísimo ya que gracias a él podemos disfrutar de una de las voces más personales y profundas del grunge: Mark Lanegan intercambia su puesto a la batería con Mark Pickerel, pasando de esta forma a ser la voz de la mágica banda, que tomaría su nombre de un pedal de distorsión: Los Screaming Trees se habían forjado.
Influenciados por la psicodelia y el garage rock de los 60, el hard rock de los 70 y el punk ochentero, grabaron su primera demo en 1985, algunos meses después de su formación. Su productor Steve Fisk fue capaz de convencer a la gente de Velvetone Studios para que sacaran el primer álbum de la banda, "Clairvoyance", que apareció en 1986.
Con este disco bajo el brazo, Fisk les consiguió un contrato con SST Records, sello con el que vio la luz "Even if and Especially When" en 1987. En 1988, se publicó la maqueta de la banda bajo el título "Other Worlds" y un nuevo álbum "Invisible Lantern".
Con el siguiente disco, "Buzz Factory" lanzado en 1989, expiró el contrato que Screming Trees tenían con SST. Se produjo también un parón en la banda, debido principalmente a que se acrecentaron las tensiones en el grupo. Esto provocó que los componentes se dedicaran a proyectos paralelos durante 1990, muestra de ello es el maravilloso "The Winding Sheet", primer disco de la carrera en solitario de Mark Lanegan.
A finales de los 90, Screaming Trees dieron el salto a un mayor sello discográfico firmando por Epic Records, sello con el que sacarían a la postre los mejores discos de la banda.
En 1991 aparece "Uncle Anesthesia" con Chris Cornell y Terry Date como productores, vendiéndose mucho mejor que los anteriores. "Uncle Anesthesia" también supuso la consolidación del sonido de Screaming Trees, ese grunge melódico que mejor que nadie supieron hacer. También es el año de Nevermind, que provoca el espaldarazo definitivo a los grupos del sonido Seattle. Tras muchos años siendo el batería, Pickerel abandona la banda, siendo reemplazado por Barrett Martin.
Ya con Martin a las baquetas, finalizan la grabación de "Nearly Lost You", la contribución de Screaming Trees a la película "Singles" ("Solteros"). La canción fue todo un éxito y se convirtió en uno de los hits del 92. Esto hizo que "Sweet Oblivion" el LP que sacaron ese mismo año vendiera 300.000 copias, la mayor cifra de la banda. Tras este disco, la banda decidió tomarse un respiro que se alargó por varios años.
No fue hasta 1995, cuando la banda decidió continuar, componiendo el álbum "Dust", sin embargo cuando ya se dio por finalizada la composición de las canciones, tuvieron que rehacer el álbum de nuevo, ya que el material no convenció. Se sabe que muy poco del "Dust" original acabó apareciendo en el LP final, pero sin duda mereció la pena: estamos ante uno de los mejores discos de los 90, todas las canciones, de la primera a la última, son espléndidas. Sin embargo esto no les valió para vender el álbum, que no alcanzó las ventas de su anterior disco, "Sweet Oblivion".
A partir de aquí la banda empezó a desmoronarse, Lanegan seguía envuelto es sus proyectos en solitario, y en el año 2000, los Screaming Trees anunciaron lo que todo el mundo ya veía venir: Tras 15 años, la banda se separaba de forma oficial. El final de una banda de enorme calidad, marcada por las adicciones de sus componentes al alcohol, las frecuentes peleas entre ellos y las escasas ventas. En 2005 aparece "Ocean of Confussion: Songs of Screaming Trees 1989 - 1996" una obra póstuma que resume el paso de la banda por Epic, y que incluye 2 pistas inéditas.
miércoles, 28 de abril de 2010
martes, 27 de abril de 2010
L7
El grupo se formo en 1985 cuando se conocen Sparks y Gardner. En un periodo de tres años grabaron su álbum de debut para Epitaph, telonearon en una gira a Bad Religion. En el 90 editan uno de los discos más impactantes e importantes del movimiento Sub Pop, Smell the Magic (Sub Pop), y en el 92 Bricks Are Heavy (Slash), que supuso el primer éxito del grupo con la canción "Pretend We’re Dead,". Vinieron un monton de giras y festivales. En 1993 participan en la película Serial Mom de John Waters.
En 1988 llevaron al rock más allá de sus límites con un húmedo debut discográfico que fusionaba la cruda vitalidad del punk con riffs electrificantes y salvajes. Con su humor, sus melodías y las guitarras al máximo de volumen, L7 ayudaron a revitalizar el género, ( y el sello Sub Pop ). Algunos recuerdan su actuación cuando abrieron para Faith No More por 1992. Los lectores de Rolling Stone, eligieron el álbum que L7 editado en 1992, "Bricks are heavy " ( producido por el entonces famoso productor grunge, Butch Vig ) como uno de los 150 discos indispensables para entender la década de los 90. Han sabido sobrevivir a toda la resaca post-grunge-Nirvanera.
En 1994, L7 editan Hungry For Stink, son cabezas de cartel del Lollapalooza de ese año y participan en el Warped Tour. En el 95 su canción "Shitlist" forma parte de la película de Oliver Stone Natural Born Killers. Dos años después editan The Beauty Process: Triple Platinum.
En 1999, Con la salida del grupo de la bajista Gail Greenwood, L 7 grabaron Slap-Happy como trío, El grupo ha producido la mayor parte de este álbum con ayuda adicional de Brian Haught (Too short, Synical) para dejar la parte de las mezclas a Tom Rothrock y Rob Schnapf (Beck, Foo Fighters, Elliott Smith), así como a su amigo y antiguo colaborador Joe Barresi (Melvins, Rage Against the Machine, Queens of the Stone Age). Con Slap-Happy, L 7 abren una nueva etapa en su carrera donde empiezan a controlar todos los aspectos de su producción. Han montado un sello llamado, Wax Tadpole Records, y controlan todo el proceso, desde como sonara el disco a la portada, desde la promoción al marketing.
Miembros:
Donita Sparks (voz, guitarra, bajo, piano) Suzi Gardner (voz, guitarra) Dee Plakas (batería, voz)
Otros Miembros:
Jennifer Finch (bajo, voz) Anne Anderson (batería) Gail Greenwood (bajo) Janis Tanaka (bajo)
Mudhoney
Muchos grupos de los 80 y los 90 vuelven. Es un momento propicio. Pero, ¿que sucede con las bandas que nunca se fueron? Grandes formaciones se han quedado por el cenagoso camino del grunge pero sólo Mudhoney, verdaderos padres del invento siguen en pie de guerra 20 años después.
Algo se fraguaba en Seattle desde que Green River daban sus primeros, lentos y oscuros pasos. No en vano allí surgiría el germen del llamado ‘grunge’ dándose cita gente de dos de las bandas más diametralmente opuestas del movimiento. Su sonido arrastrado y pantanoso sería continuado en Mudhoney por la desgarrada garganta de Mark Arm y la sucia guitarra de Steve Turner. Jeff Ament y Stone Gossard fundarían Mother Love Bone y después unos tales Pearl Jam de los que poco se ha oído hablar.
Nacidos en los suburbios de la lluviosa Seattle del reencuentro entre Arm y Turner, reclutando a Dan Peters y Matt Lukin (Melvins) y llamándose como una película que en realidad ninguno de ellos había visto. Estaba claro que esta no iba a ser una banda de rock al uso. Pronto la banda grabaría su EP debut, “Superfuzz Bigmuff”, considerado el primer y por muchos hasta el único disco de grunge. Su portada que refleja el directo de la banda, se ha convertido en todo un símbolo. De la mano de “Touch Me I’m Sick”, la banda disfrutaría un éxito inédito en Sub Pop, anticipando todo lo que venía, con sus protegidos Nirvana a la cabeza.
Aquí entraron los grandes mecenas del rock alternativo de los 90, Sonic Youth, que se declararon fans del cuarteto invitándoles a girar con ellos por Inglaterra, lo que arrastró su éxito a este lado del Atlántico. Aunque las ofertas se presentaron, Mudhoney decidió no abandonar Sub Pop aún y grabó allí tanto su primer largo homónimo como su segundo disco, el también seminal “Every Good Boy Deserves Fudge”, donde la banda enriqueció su sonido y demostró que tenían cuerda para rato.
Así fue y en 1992 firmaron por Reprise, un subsello de Warner, pero mantuvieron intactas su actitud punk y su escasez de ambición, algo que paradójicamente les ha hecho llegar muy lejos si no tanto en ventas como sus compañeros de generación, si en el cariño de los seguidores. En una onda más garajera aquí llegaron “Piece of Cake” y el de nuevo soberbio “My Brother The Cow”, ya cuando el grunge estaba completamente asimilado por la industria (era post-Kurt Cobain).
El amor de la banda por las raíces tradicionales (siempre hubo un hueco para la harmónica y Turner incluso ha editado discos de folk) fue poco a poco calando en su rock agreste y dándole matices más blues sin perder el descaro.
Finalmente Reprise decidió liberar a la banda aduciendo unas ventas cada vez más bajas, a pesar de que la banda cada vez actuaba para mayores audiencias. Matt Lukin, que se había cansado de las giras aprovechó el momento para despedirse y tras la edición del recopilatorio “March To Fuzz” el fin parecía anunciado.
Sin embargo y afortunadamente, Mudhoney no han sido una de esas bandas que se ha separado para volver. Volvieron a los escenarios y se animaron finalmente a escribir un disco con nuevo bajista, Guy Maddison y con viejo sello, Sub Pop. “Since We’ve Become Translucent” marcaba un nuevo comienzo y la madurez introdujo una inusitada riqueza dentro del universo de Mudhoney con mayor profusión de los sonidos negros, los instrumentos de viento y la psicodelia en un disco que sin duda engrandece su historia con temas del tamaño de "Where The Flavour Is" o "Sonic Infussion", además de contar con invitados como Wayne Kramer (MC5).
El año pasado continuaron esta senda con “Under a Billion Sun”, un disco con trasfondo político en el que los de Seattle se reafirman como banda imprescindible que no ha abandonado el campo de batalla y conjugan temas de los de siempre (“It Is Us”, “On The Move”, “Empty Shells”) con la sofisticación ya vista en su anterior disco (“Where Is The Future?”, “Endless Yesterday”, “In Search Of”)
Foto: Steve Turner, Dan Peters, Mark Arm y Guy Madison
Algo se fraguaba en Seattle desde que Green River daban sus primeros, lentos y oscuros pasos. No en vano allí surgiría el germen del llamado ‘grunge’ dándose cita gente de dos de las bandas más diametralmente opuestas del movimiento. Su sonido arrastrado y pantanoso sería continuado en Mudhoney por la desgarrada garganta de Mark Arm y la sucia guitarra de Steve Turner. Jeff Ament y Stone Gossard fundarían Mother Love Bone y después unos tales Pearl Jam de los que poco se ha oído hablar.
Aquí entraron los grandes mecenas del rock alternativo de los 90, Sonic Youth, que se declararon fans del cuarteto invitándoles a girar con ellos por Inglaterra, lo que arrastró su éxito a este lado del Atlántico. Aunque las ofertas se presentaron, Mudhoney decidió no abandonar Sub Pop aún y grabó allí tanto su primer largo homónimo como su segundo disco, el también seminal “Every Good Boy Deserves Fudge”, donde la banda enriqueció su sonido y demostró que tenían cuerda para rato.
Así fue y en 1992 firmaron por Reprise, un subsello de Warner, pero mantuvieron intactas su actitud punk y su escasez de ambición, algo que paradójicamente les ha hecho llegar muy lejos si no tanto en ventas como sus compañeros de generación, si en el cariño de los seguidores. En una onda más garajera aquí llegaron “Piece of Cake” y el de nuevo soberbio “My Brother The Cow”, ya cuando el grunge estaba completamente asimilado por la industria (era post-Kurt Cobain).
El amor de la banda por las raíces tradicionales (siempre hubo un hueco para la harmónica y Turner incluso ha editado discos de folk) fue poco a poco calando en su rock agreste y dándole matices más blues sin perder el descaro.
Finalmente Reprise decidió liberar a la banda aduciendo unas ventas cada vez más bajas, a pesar de que la banda cada vez actuaba para mayores audiencias. Matt Lukin, que se había cansado de las giras aprovechó el momento para despedirse y tras la edición del recopilatorio “March To Fuzz” el fin parecía anunciado.
Sin embargo y afortunadamente, Mudhoney no han sido una de esas bandas que se ha separado para volver. Volvieron a los escenarios y se animaron finalmente a escribir un disco con nuevo bajista, Guy Maddison y con viejo sello, Sub Pop. “Since We’ve Become Translucent” marcaba un nuevo comienzo y la madurez introdujo una inusitada riqueza dentro del universo de Mudhoney con mayor profusión de los sonidos negros, los instrumentos de viento y la psicodelia en un disco que sin duda engrandece su historia con temas del tamaño de "Where The Flavour Is" o "Sonic Infussion", además de contar con invitados como Wayne Kramer (MC5).
El año pasado continuaron esta senda con “Under a Billion Sun”, un disco con trasfondo político en el que los de Seattle se reafirman como banda imprescindible que no ha abandonado el campo de batalla y conjugan temas de los de siempre (“It Is Us”, “On The Move”, “Empty Shells”) con la sofisticación ya vista en su anterior disco (“Where Is The Future?”, “Endless Yesterday”, “In Search Of”)
Foto: Steve Turner, Dan Peters, Mark Arm y Guy Madison
domingo, 25 de abril de 2010
Alice In Chains
Layne Staley
Layne Staley fue uno de los más desgarradores y oscuros vocalistas de su generación. Su vida estuvo marcada por los abusos y el sufrimiento, pero eso no impidió que su legado quedara marcado para siempre en la historia del rock. Ahora no está, pero siempre nos queda el recuerdo, siempre nos queda la música.Ésta es su historia: Amor, Odio, Amor (1967-1987)
Layne Thomas Staley nació el 22 de agosto de 1967 en el seno de una familia acomodada de Kirkland, Washington, Estados Unidos. Hijo de Nancy Elizabeth y Philip Blair Staley, su infancia estuvo marcada por los conflictos maritales de sus padres.
El comportamiento errático de Philip terminó por romper el equilibrio familiar. Comúnmente estaba ausente debido a su trabajo y cuando volvía a la casa no lo hacía solo, traía a sus amigos y se quedaban festejando hasta altas horas de la madrugada. Cuando Nancy despertaba encontraba botellas de cerveza y drogas esparcidas por toda la casa, así que se apresuraba a limpiar todo antes de que el pequeño Layne se levantara. Layne era un niño muy despierto, dotado de una mente aguda y con diversos intereses, entre ellos, obviamente, el de la música. Ya a los cinco años cantaba en un grupo con unos compañeros del colegio. Cuando tenía siete años, sus padres se separaron, después de que Nancy descubriera que su marido estaba involucrado en problemas de drogas y mafia. Layne quedó traumatizado con ese cuento por el resto de su vida.
Cuando comenzaba la adolescencia, la personalidad de Layne se volvió más intranquila: amaba pintar, amaba la música y amaba el arte, pero era evidente que tenía problemas, de hecho, a menudo se involucraba en peleas y olvidaba hacer la tarea.
Fue entonces cuando el colegio tomó la decisión de mandarlo a un instituto para jóvenes afectados por problemas sociales, lo que causó que Layne perdiera la fe en la enseñanza pública.
Durante ese período comienza a escribir fragmentos de poesía y pensamientos que se le venían a la mente. Amaba escuchar a grupos como Anthrax, Van Halen, Black Sabbath y Judas Priest, además había comenzado a tocar la batería y a cantar. Es en ese momento cuando forma su primera banda de Hair Metal, los Sleze. Durante esa época también comenzó a fumar cigarrillos y marihuana, además de tomarse algunos tragos con los amigos.
Los inicios (1987-1990)
Layne conoció a Jerry Cantrell una tarde de 1987, en una fiesta realizada en el Music Bank de Seattle. Luego de dejar a los Sleze, Staley se unió al grupo de Cantrell llamado Diamond Lie. A la embrionaria banda se unió el bajista Mike Starr y el baterista Sean Kinney. Posteriormente cambiaron su nombre al de Alice In Chains (nombre ideado por Layne).
Después de presentar varios demos y negociar con varias casas discográficas, en 1989 firmaron un contrato con Columbia Records, publicando su primera grabación, el We Die Young EP en julio de 1990.
El disco tuvo una tibia acogida, pero sirvió para cimentar el camino para la publicación de su primer larga duración, el Facelift, que tuvo gran éxito y para finales de año se había transformado en disco de oro.Posteriormente la banda publicó un inesperado EP acústico, titulado Sap, que tenía como invitados especiales a Chris Cornell de Soundgarden y a Mark Arm de Mudhoney. En 1992 participaron en la banda sonora de la película Singles, del director Cameron Crowe, con la canción Would?, que sirvió como anticipo del siguiente LP de la banda y su posterior asenso a la fama.
El ascenso a la fama y los años del grunge (1991-1994)
El álbum Dirt de 1992 se transformó en disco de platino rápidamente, alcanzando los primeros puestos de las listas de éxitos. A pesar del gran éxito, las letras oscuras y deprimentes llevaron a la prensa a especular sobre la relación de la banda con las drogas, en especial la de Layne. Durante la gira de promoción del disco, Mike Starr dejó el grupo y fue remplazado por el bajista de Ozzy Osbourne, Mike Inez. En 1993 la banda entró nuevamente al estudio para grabar dos canciones, What the Hell Have I? y A Little Bitter para la banda sonora de la película de Arnold Schwarzenegger titulada Last Action Hero. Ese mismo año participaron en el festival Lollapalooza, en lo que sería su última gran gira.
Como muchos otros músicos en la escena musical de Seattle, Layne experimentó con la heroína. El lado oscuro de su adicción se vio reflejado en las letras de algunas de sus canciones más populares, como Angry Chair, Godsmack y Junkhead, mientras que las letras del guitarrista Jerry Cantrell se enfocaban en temas como la muerte. La canción Would?, en particular, hace referencia a la prematura muerte por sobredosis de Andy Wood, el prometedor vocalista de Mother Love Bone. En 1994, y debido al deteriorado estado de salud de Layne, Alice In Chains optó por no salir de gira para promocionar su nuevo EP, titulado Jar Of Flies. Luego de su lanzamiento, Staley entró en una clínica de rehabilitación para tratar su adicción a la heroína. Paralelamente comenzó a trabajar con otros músicos de Seattle, incluyendo a Mike McCready de Pearl Jam y Barrett Martin de los Screaming Trees. La banda trabajó durante varios meses y programó un concierto en el Crocodile Cafe de Seattle bajo el nombre de The Gacy Bunch. Luego de unas semanas, el grupo cambió su nombre a Mad Season. En enero de 1995, Mad Season tocó dos canciones en la transmisión de la Self Pollution Radio de Pearl Jam, Lifeless Dead y I Don't Know Anything. La banda publicó un álbum en marzo de ese año, titulado Above. El primer sencillo, River Of Deceit, tuvo gran aceptación el las radios alternativas. En agosto fue publicado un video con la actuación de la banda en el Moore Theater de Seattle.
Durante el receso de Alice In Chains, la adicción de Layne se transformó en debate en los círculos de fans y en los medios de comunicación, en parte debido a los cambios físicos que sufrió debido al prolongado abuso de la heroína. Por esas fechas -a sólo un mes de la muerte de Kurt Cobain-, Staley apareció sorpresivamente en un concierto de Tool para colaborar en las voces de la canción Opiate.
Según testigos, Layne se veía enfermo y traía un pasa montañas que cubría su rostro, lo que llevó a los especuladores a rumorear que tenía gangrena y que había perdido un par de dedos de las manos. Durante este período, algunos de los que compartieron con él también hicieron descripciones similares, como Mark Arm de Mudhoney que dijo: "Recuerdo cuando me lo encontré en el '95…él se dio vuelta y estaba totalmente verde, me dieron retorcijones de estómago. No podía entender cómo alguien cómo él se había metido en algo de lo que no podía salir. Estaba realmente jodido". Alice In Chains se reagrupó para grabar el álbum Tripod, que fue publicado en 1995. Para acompañarlo, la banda realizó una grabación casera llamada The Nona Tapes, en la que ironizaban acerca de los rumores de la adicción de Layne -en los medios de comunicación habían anunciado su muerte en numerosas oportunidades. El periodista Charles R. Cross dijo posteriormente que la revista The Rocket tenía preparado un obituario en caso de que se confirmara la noticia-. A pesar de tener un nuevo álbum en las estanterías, la banda no realizó giras ni promocionó el disco. Cuando le preguntaron a Jerry Cantrell acerca de la frustración que le provocaba no salir de gira para promocionar su nuevo trabajo contestó: "Estoy muy frustrado, pero todos estamos atrapados en esto. Pasamos los buenos tiempos juntos y también pasaremos los malos. Nunca nos apuñalaremos por la espalda ni haremos todas esas mierdas que hacen otras personas".
Post grunge (1995-1998)
La gente pudo apreciar los efectos de la adicción de Layne durante la aparición de la banda en el MTV Unplugged. Staley se mostraba visiblemente débil y demacrado, y en algunas oportunidades tuvo problemas para cantar. Su última presentación en vivo fue el tres de julio de 1996 en Kansas, haciendo de teloneros de Kiss. En octubre de ese año, la antigua novia de Layne, Demri Lara Parrott murió debido a un efecto secundario causado por el uso de drogas (endocarditis bacteriana). Muchos de los cercanos al cantante pensaron que éste sería el punto en que abandonaría cualquier intento por dejar la heroína. En la revista NME se llegó a decir que Staley podría suicidarse en cualquier momento: "Una cercana a Layne afirmó que el cantante se está tomando muy mal la muerte de su novia y que ha caído en una profunda depresión".
En noviembre de ese año, Layne colaboró con un "súper grupo" llamado Class of '99, conformado por miembros de Rage Against the Machine y Porno for Pyros.
La banda grabó las partes uno y dos de Another Brick in the Wall, el clásico de Pink Floyd, para la banda sonora de la película The Faculty, con un video musical filmado para la parte dos. A pesar de que los otros miembros de la banda fueron específicamente grabados para el video, la aparición de Layne consintió en imágenes extraídas de la presentación de Mad Season en el Moore Theater. El 19 de julio de 1999, un programa de radio llamado Rockline invitó a Cantrell, Inez, y (vía telefónica) Kinney para discutir el inminente lanzamiento del disco Nothing Safe: Best of the Box, cuando, inesperadamente, Layne llamó para participar. Sería su última intervención pública. Entre 1999 y 2002, Staley se aisló cada vez más del mundo: poco se sabe acerca de su vida durante este período.
Los años finales de Layne (1999-2002)
A comienzos de 2002, "la última entrevista con el atormentado músico" fue publicada en el libro Angry Chair: A Look Inside the Heart and Soul of an Incredible Musician de la periodista argentina Adriana Rubio, en donde hablaba de los problemas causados por su adicción a la heroína: "Yo no tomo drogas para colocarme como mucha gente piensa. Se que cometí un gran error cuando empecé a tomar esta mierda. Es muy complicado de explicar. Mi hígado no funciona, y estoy vomitando todo el rato, y cagandome en los pantalones. El dolor es más del que puedas soportar. Es el peor dolor del mundo. La enfermedad de droga te hiere todo el cuerpo".
El 19 de abril de 2002, una llamada anónima alertó al 911 de que no se escuchaban ruidos en el departamento de Layne desde hace un par de semanas. Staley fue encontrado muerto en su hogar luego de que su madre y su padrastro acudieran al condominio con la policía. Según reportó Rick Anderson del Seattle Weekly: "Su cuerpo estaba rodeado de drogas". El cuerpo de Layne fue encontrado sobre un sofá. En la habitación había un televisor parpadeando y varias latas de pintura en spray tiradas en el piso, además de una bolsa de cocaína y dos pipas de crack sobre la mesa. Tenía 34 años. La autopsia reveló que Staley murió luego de inyectarse una dosis letal de speedball, mezcla de cocaína y heroína. La policía estimó que Layne murió el cinco de abril. Por una ironía del destino, el mismo día en que hace 16 años murio Kurt Cobain.
Reunión (2003-presente)
En junio de 2002, el amigo y compañero de Layne, Jerry Cantrell, quien trató de no perder el contacto y de mantener su amistad, publicó un álbum en solitario llamado Degradation Trip, dedicado a la memoria de Staley. Muchas de las canciones del álbum doble hablan del aislamiento de Layne y de su autodestrucción. Muchos otros músicos rindieron tributo a Layne: Aaron Lewis, vocalista de Staind escribió una canción titulada Layne que incluyó en su disco del 2003 llamado 14 Shades of Grey. Eddie Vedder, vocalista de Pearl Jam, también grabó una canción en su memoria, titulada 04/20/02 (el día en que Vedder se enteró de la noticia y escribió la canción), que aparece oculta en el disco recopilatorio de lados b llamado Lost Dogs. Zakk Wylde también escribió una canción llamada Layne y las, la banda Cold escribió una oda para Layne y Cobain, titulada The Day Seattle Died. Dos libros se han publicado acerca de la vida de Layne, ambos escritos por la periodista argentina Adriana Rubio: Layne Staley: Angry Chair [Xanadu Enterprises, 27 de enero de 2003] y el más reciente, Layne Staley: Get Born Again [ARTS Publications julio de 2006]. El 28 de septiembre de 2006 Blabbermouth.net anunció la inminente filmación de una película sobre la vida de Layne, basada en los libros de Rubio y dirigida por Eric Moyer. Luego de la muerte de Layne, Alice In Chains se separó oficialmente. La banda se rehusó a tocar en respeto a la memoria de Staley. Pero a comienzos de 2005, los restantes miembros se reunieron para tocar en un concierto a beneficio de las victimas del Tsunami del 26 de diciembre de 2004. Varios vocalistas se turnaron para reemplazar a Layne.
En 2006 la banda salió de gira para rendir homenaje a Layne. Con William DuVall, cantante de Comes With The Fall como reemplazo del fallecido vocalista. La banda aseguró que nunca volverían a grabar bajo el nombre de Alice In Chains, porque sin Layne Staley ya no existía tal cosa.
16 años sin Kurt Cobain, 16 años sin mùsica
Kurt Cobain era un ser atormentado y su muerte a los 27 años lo elevó al olimpo del rock. Pero en su vida, como en todas, por otra parte, hubo un buen montón de hechos que han quedado como anécdotas curiosas y que nos ayudan a dar una visión menos trascendente de Kurt Cobain. Ahora que se cumplen 16 años de su supuesto "suicidio", éste es mi pequeño homenaje.
Hubo otros dos grupos que se llamaron Nirvana. El primero tuvo cierta repercusión en los 60. El segundo fue un grupo de rock cristiano de principios de los 80 que intentó presentar una demanda contra el grupo de Kurt por uso indebido del nombre.
La primera guitarra de segunda mano de Kurt fue un regalo de su tío a los 14 años. Sin embargo, para conseguir su primer amplificador, Kurt tuvo que recuperar del río la pistola con la que su madre acababa de apuntar a su nuevo marido después de que ésta la arrojara al río Wishkah. El nombre del rió serviría para dar título al disco en directo de 1996. Y de la pistola nunca más se supo.
Al comienzo de su carrera, a su madre no le gustaba la compañía de su hijo, por lo que no le permitía dormir en casa. A veces dormía en casa de un amigo y, otras, debajo de un puente. De ahí surgió "Something In The Way" que habla, precisamente, de lo que se siente al dormir debajo de un puente y no en casa de un amigo, claro...
En 1986 Kurt compró media docena de tortugas y las puso en una bañera en su salón. Cuando aquello empezó a oler mal, Kurt optó por una solución drástica: hizo un agujero en el medio del salón. Años después, cuando intentó contratar a alguien para la limpieza de su casa en Seattle, una señora se presentó, echó un ojo a lo que había alrededor y salió gritando: "¡Satán vive aquí!" Los vecinos estaban encantados con el espectáculo.
Un buen día Kurt y Krist Novoselic decidieron cambiar el nombre de su grupo por el de Nirvana, que es una palabra del sánscrito que significa el estado de la suprema sabiduría. ¿Y cuál era el nombre que dejaron atrás? Ed Ted and Fred and Fecal Matter -Ed Ted y Fred y la Materia Fecal.
Después de una actuación bastante mala en 1988, Kurt y Krist Novoselic estaban tan enfadados con su primer batería, Chad Channing, que decidieron romperle la batería en el escenario. Lo que hicieron pronto se convirtió en una rutina si los conciertos salían mal. ¿Y si salían bien? Entonces rompían sus instrumentos porque estaban contentos.
"Smells Like Teen Spirit" le debe su título a una amiga de Kurt. Una noche, bastante bebidos, ambos estaban discutiendo sobre la revolución juvenil, y su amiga acabó escribiendo en una pared "Kurt huele a espíritu adolescente". Kurt se inspiró en eso después de llegar a la conclusión de que podría ser alguien capaz de inspirar una rebelión juvenil. Lo que su amiga pensaba de verdad es que Kurt olía a un desodorante llamado Teen Spirit del que Kurt, hasta entonces, ni había oído hablar. La canción fue grabada en sólo tres tomas con todo el grupo tocando a la vez, espoleados por la inmediatez del punk.
La canción "Stay Away" de Nevermind se iba a titular "Pay To Play" ("Pagar por tocar"). Alguien debió pensar que no era una buena idea. Hubiera estado bueno que tenga ese nombre.
"Polly", título de una de las canciones de Nevermind es el nombre comúnmente utilizado para llamar a un loro. Sin embargo, de lo que habla la canción es de un estupro. La versión que se escucha en el disco es en realidad una maqueta del año 90 registrada con una guitarra acústica de sólo 5 cuerdas que Kurt nunca afinaba del todo. Se intentó grabar con todo el grupo, pero no funcionaba. En una de las sesiones, Kurt salió del estudio y se puso a tocarla en un sillón. Butch Vig, el productor, cerró con llave el control y aprovechó dos micrófonos para grabarla. Había solucionado uno de los principales problemas de aquellas sesiones.
Al final de Nevermind, diez minutos después de que acaba el último corte, aparece una canción no listada en los créditos. "Endless, Nameless", que así se titula, es una de las canciones más largas y más punk de Nirvana. En gran parte de la tirada original en Estados Unidos y muchos países se omitió por error. Hoy en día es, probablemente, la canción no acreditada más famosa.
Nevermind ha vendido más de 15 millones de copias. Fue el disco que desbancó del número 1 a Dangerous de Michael Jackson. Con respecto a la imagen que tenía la gente del álbum, Kurt se sentía culpable y llegó a confesar: "Todos piensan que nos hemos gastado algo así como ocho millones de dólares en el disco y que nos llevó como seis meses, cuando lo cierto es que nos llevó tres semanas."
En la entrega de premios de la MTV de 1992, mientras interpretaban "Lithium", el bajista Krist Novoselic lanzó su bajo al aire y no lo pudo coger. Cayó en su cabeza y lo tiró al suelo. Kurt, que no lo había visto, empezó a gritarle por no seguir el ritmo. En la misma ceremonia, Kurt envió a alguien disfrazado de Michael Jackson a recoger uno de los premios para Nirvana y le hizo decir: "¡Soy el rey del grunge!".
En uno de sus conciertos en un festival británico en 1992, Kurt apareció con un pijama de hospital y en una silla de ruedas, gritando: "No tengo el más mínimo respeto por los ingleses. Me ponen enfermo." Menos mal que el escenario estaba lo suficientemente lejos del público.
El último disco en estudio del grupo, In Utero, se iba a titular "I Hate Myself And I Wanna Die" ("Me odio a mí mismo y quiero morir"). De nuevo, parece que a alguien no le pareció buena idea.
Cuando Nirvana fue a grabar el concierto acústico para la MTV que se convertiría en el disco Unplugged In New York, le pidió al realizador que llenase el escenario de velas y flores. Éste le comentó que aquello parecería un funeral, a lo que Kurt le respondió que eso era justo lo que pretendía.
En una ocasión, a la pregunta de cómo definiría su sonido, Kurt respondió: "Creo que sonamos como The Knack y The Bay City Rollers molestados por Black Flag y Black Sabbath."
Cuando Kurt estuvo en Brasil, le dejó dinero a alguien para que le enviara toda la discografía de Os Mutantes. Antes de morir, Kurt envió una carta a Arnaldo Baptista, líder del grupo brasileño, en la que le confesaba su admiración por la banda. Arnaldo no conocía a Nirvana; recientemente confesó que creía que el tal Cobain vivía en África.
Los informes policiales afirman que Kurt murió el día 5 de abril de 1994. Sin embargo, su madre afirma haber recibido una llamada de su hijo en la noche del 6 de abril. Conviene recordar que su cuerpo fue encontrado el día 8 en su propia casa. Para más misterio, un detective asegura que Kurt se había inyectado tres dosis de heroína antes de morir y que, así, no se hubiera podido levantar ni, mucho menos, apretar el gatillo.
Fragmentos de "Diarios de Kurt Cobain"
A veces me pregunto si no seré el chico más afortunado del mundo. Por alguna razón este último año me han agasajado con cantidad de maravillas y la verdad es que no creo que haya recibido todos estos regalos y chucherías por el hecho de ser un ídolo aclamado por la crítica y adorado por adolescentes de todo el mundo, una especie de semidios líder de un grupo, un rubiales de una sinceridad enigmática, tartamudo y franco que tiene un defecto del habla y articula elaborados discursos de aceptación de un premio, un niño mimado, una estrella de rock que por fin, finalmente, ha confesado su depravada adicción a las drogas durante 2 meses, abrumando al mundo con el típico "Ya no puedo mantener esto en secreto porque me duele ocultar cualquier parte de mi vida privada a mis fans que tanto me adoran y se preocupan por mí, quienes a pesar de verme como un personaje de cómic de su dominio público me siguen queriendo". Pues sí, hijos míos, como diría un puto pirado hablando en nombre de todo el mundo: "Te agradecemos de verdad que por fin admitas eso de lo que llevamos tiempo acusándote. Necesitábamos oírlo porque estábamos preocupados, ya que los chismes triviales, las bromas y las conjeturas que circulaban en nuestros centros de trabajo, escuelas y fiestas habían llegado a, digamos, agotarse".
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Un día me di cuenta de que podía utilizar la posición de los dedos del acorde de si en cualquier punto de la guitarra, lo que se conoce como power chord o quinta.
Y así, tras entender cómo se tocan canciones como "Louie Louie" de los Kingsmen, "Wild Thing" de los Troggs y "My Best Friend´s Girl" de los Cars, pensé que para convertirme en una estrella de rock famosa debía escribir mis PROPIAS canciones en lugar de perder el tiempo aprendiendo las de otros, porque estudiar demasiado la música de los demás puede suponer un obstáculo para el desarrollo del estilo personal de uno mismo. Alguien me dijo que hay escuelas de guitarra en todo el mundo donde te enseñan a ser el típico héroe comercialoide malo y sin originalidad con estrellas en los ojos.
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Mis letras son un gran montón de contradicciones. Se dividen a partes iguales entre opiniones y sentimientos sumamente sinceros y refutaciones sarcásticas y humorísticas, espero, hacia los estereotipados ideales bohemios desfasados desde hace años.
Y es que parece que un compositor de canciones no tenga más que dos maneras de ser: o la propia de visionarios tristes y trágicos como Morrissey, Michael Stipe o Robert Smith, o la del típico chico blanco alelado e ido de la olla que va de “Eh, vámonos de juerga y olvidémonos de todo”, gente como Van Halen o las demás mierdas del heavy metal.
En fin, a mí me gusta ser apasionado y sincero, pero también me gusta divertirme y hacer el imbécil.
Bichos raros del mundo, uníos.
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(...)Trivialidades del rock. Dios, qué harto estoy de las trivialidades del rock. Ya ves tú, ¿qué voy a hacer cuando sea mayor, si ya lo sé todo sobre el rock’n’roll a los 19?
Sólo Dios sabe que no hay nada que aprender sobre todos esos timos de bandas nostálgicas horrendas de los ‘80.
Pues sí, al final he decidido hacerme adicto a la heroína y pudrirme poco a poco en las calles de Idaho o de algún otro estado de mala muerte como ése. Me aburriré tanto que me limitaré a leer sobre aquello a lo que haya sobrevivido y permanecido inmune adrede, porque sepa usted, señor Crítico de Rock, que cuando sea mayor se va a aburrir. Aburrir. Aburrir. Aburrir. Como yo, como los ancianos de hoy. No quiero que una nieta mía me cambie los calzoncillos de plástico sucios mientras yo me dedico a chupar una cracker, aferrándome a la existencia para poder recordar mi vida como un nostálgico profesional. Además, a estas alturas tengo la memoria hecha polvo de toda la maría que fumé hace unos años. Un día vi en el show de Merve Griffin a unos hippies que decían tener SPRAYS NASALES para potenciar la memoria, y también vi a esa pareja que juraba que, con la debida ejercitación, “se puede llegar a tener hasta 10 orgasmos antes de eyacular”. Toma, claro, si te atas una goma en la punta.
Todas estas reflexiones tan increíblemente trascendentales me impidieron darme cuenta de que la casa entera estaba llena de humo de los libros de Charles Bukowski, y que el fuego se había extendido hasta las cortinas, lo que me alertó de que tenía el tiempo justo para salir de casa pitando. Pues vaya con Dios.
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Me gusta quejarme y no hacer nada para mejorar las cosas. Me gusta culpar a la generación de mis padres por llegar a estar tan cerca del cambio social, para luego darse por vencida tras unos pocos esfuerzos fructíferos por parte de los medios y el gobierno para desvirtuar la imagen del movimiento, utilizando a los Manson y a otros representantes hippies como ejemplos propagandísticos de que no eran más que una plaga antipatriótica, comunista, satánica e inhumana, y lo que hicieron los hijos del baby boom [los nacidos justo después de la Segunda Guerra Mundial] fue convertirse en los mayores hipócritas, yuppies y conformistas que jamás ha producido una generación. Me gusta analizar mis opiniones con calma y sensatez, adoptando una actitud conformista, aunque me considere de extrema izquierda. Me gusta infiltrarme en los mecanismos de un sistema, haciéndome pasar por uno de ellos para luego empezar a corromper lentamente el imperio desde dentro. Me gusta acabar con el menor y el mayor de dos males. Me gusta impugnar a Dios. Me gusta abortar a Cristo. Me gusta joder a los borregos. Me gusta el consuelo de saber que las mujeres son generalmente superiores y por naturaleza menos violentas que los hombres. Me gusta el consuelo de saber que las mujeres son el único futuro del rock and roll.
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Me gusta el consuelo de saber que los afroamericanos inventaron el rock and roll y aun así sólo se han visto recompensados o premiados por sus logros cuando se han avenido a los principios del hombre blanco.
Me gusta el consuelo de saber que los afroamericanos han sido una vez más la única raza que ha aportado un nuevo estilo de música original a esta década, o sea, el hip hop/rap.
La censura es MUY americana.
He conocido a muchas mentes capaces de almacenar y traducir cantidades ingentes de información, y sin embargo carecen de la más mínima habilidad para alcanzar la sabiduría o apreciar la pasión.
La conspiración contra el éxito en América se basa en la inmediatez. Exponer las mentes con escasa capacidad de atención a una repetición formidable. Deprisa y corriendo, ¡ahora aún con más sabor a queso! Hoy aquí, mañana quién sabe dónde, porque los seguidores de ayer no eran más que un instrumento al servicio del individuo en su necesidad de autosuficiencia, espectáculo y rituales sociales. El arte que posee un valor duradero no puede ser apreciado por las mayorías. Sólo el mismo porcentaje minoritario apreciará la paciencia de las artes, como siempre ha hecho. Eso está bien. Los que no son conscientes, no merecen falsas sugerencias en sus deberes consumistas.
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Ha llegado la hora de que todos los “afortunados”, las animadoras y los jugadores de fútbol se desnuden delante de todo el colegio durante una asamblea general y supliquen perdón y misericordia con toda su alma, y reconozcan que están equivocados. Son los representantes de la codicia y los valores egoístas, y no bastará con que afirmen lamentarse de su conducta, deben decirlo en serio, deben verse con una pistola apuntada a su cabeza, deben verse aterrorizados sólo de pensar en convertirse en los republicanos del futuro, blancos de derechas arrogantes, farisaicos, segregacionistas, propagadores del sentimiento de culpa y lameculos.
MUERTE A LOS ROCKEFELLERS
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Estoy totalmente y absolutamente a favor de: la homosexualidad, el consumo de drogas como forma de experimentación (aunque yo sea la prueba viviente de los resultados perniciosos de la excesiva permisividad en este sentido), la antiopresión (entendiendo por opresión la religión, el racismo, el sexismo, la censura y el patriotismo), la creatividad a través de la música, el arte, el periodismo, el amor, la amistad, la familia, los animales y la revolución a gran escala organizada de forma violenta y alimentada por el terrorismo. No se puede desprogramar a los codiciosos. Estaría bien que los codiciosos llegaran a ser perseguidos con tal asiduidad que al final acabaran sometiéndose al modo de proceder contrario al suyo, o estuvieran tan cagados de miedo que no salieran nunca de casa. John Lennon ha sido mi ídolo toda la vida, pero con respecto a la revolución está rematadamente equivocado. ¡No muevas el culo y que te sacudan! ¡Chorradas! Armate, busca a un representante de la codicia o de la opresión y vuélale la tapa de los sesos al muy hijo de puta. Elabora manifiestos con ideas, contactos, adeptos, haz oír tu voz, asume el riesgo de la cárcel o el asesinato, busca un empleo relacionado con tu objetivo para infiltrarte con más facilidad en el sistema y dedícate a corromper lentamente los mecanismos del imperio.
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(...) Me siento como un cretino escribiendo sobre mí mismo como si fuera un icono semidivino del pop rock americano o un producto confeso de una rebelión de elaboración corporativista, pero es que he oído tantas historias y declaraciones de mis amigos disparatadamente exageradas y leído tantas interpretaciones freudianas mediocres y patéticas basadas en entrevistas que hablan de mí, desde mi infancia hasta el estado actual de mi personalidad, y de mi fama de heroinómano perdido, alcohólico, autodestructivo, aunque abiertamente sensible y delicado, frágil, sosegado, narcoléptico, neurótico, un pobre diablo dispuesto en cualquier momento a meterse una sobredosis, tirarse de un tejado totalmente ido de la olla, volarse la tapa de los sesos o las 3 cosas a la vez. ¡Dios santo, no soporto el éxito! ¡El éxito! ¡Y me siento tan increíblemente culpable! Por haber abandonado a mis verdaderos colegas, a los que son fieles de verdad, a los que ya nos seguían hace unos años. Dentro de diez años, cuando NIRVANA seamos un grupo tan memorable como Kajagoogoo, ese mismo porcentaje reducidísimo vendrá a vernos a conciertos revival patrocinados por una marca de pañales para la incontinencia, donde ya gordos y calvos intentaremos aún hacer RAWK [rock] en parques de atracciones. Sábados de teatro de marionetas, montaña rusa y NIRVANA.
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Me he visto obligado a convertirme en una estrella de rock recluida. Esto significa nada de entrevistas, ni de apariciones en radio, etc., por culpa de las autoproclamadas autoridades en el terreno de la música que no son músicos y que no han realizado ninguna contribución artística a los grupos de rock and roll, al margen quizá de unos cuantos mamotretos de segunda fila sobre rock and roll, además de constituir el mayor grupo de misóginos en todas las formas de expresión existentes.
Desde la primera revelación que tuve del pensamiento alternativo –a través primero de mi iniciación en la New Wave, luego en el punk rock y posteriormente en las bandas sonoras alternativas del rock clásico contemporáneo–, nunca había visto en toda mi vida una muestra de sexismo más viperina y radical que en estos dos últimos años. Llevo años observando y esperando como un buitre el más mínimo indicio de sexismo y siempre lo he hallado en dosis relativamente pequeñas en comparación con el estado actual del rock and roll, desde los más mimados por la crítica hasta Samantha Fox, por el mero hecho de que uno de los miembros de lo que solía considerarse una banda formada por varios miembros se haya casado con un éxito musical de renombre determinado por el establishment de los críticos de música sin competencia musical. (...)
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